El Seminario más que un lugar es una comunidad en la que se recorre un camino de formación que necesariamente exige varios momentos dentro de un proceso que consta de las siguientes etapas:
Etapa propedéutica
Es un año de carácter introductorio con el objetivo de discernir la conveniencia de continuar la formación sacerdotal o emprender un camino de vida diverso. (RF, 59)
Etapa de los estudios filosóficos o discipular
Etapa durante la cual se invierten todas las energías posibles para arraigar al seminarista en el seguimiento de Cristo, escuchando su palabra, conservándola en el corazón y poniéndola en práctica. Este tiempo se caracteriza por la formación del discípulo de Jesús, destinado a ser pastor, con especial cuidado de la dimensión humana, en armonía con el crecimiento espiritual, ayudando al seminarista a madurar la decisión definitiva de seguir al Señor en el sacerdocio ministerial y en la vivencia de los consejos evangélicos, según las modalidades propias de esta etapa. (RF, 62)
Etapa de los estudios teológicos o configurativa
Etapa que se concentra en el proceso de configuración del seminarista con Cristo Pastor, Siervo, para que
unido a Él, pueda hacer de la propia vida un don de sí para los demás. La etapa configurativa se ordena de modo específico a la formación
espiritual propia del presbítero, donde la conformación progresiva con Cristo hace emerger en la vida del discípulo los sentimientos y las actitudes
propias del Hijo de Dios; y a la vez lo introduce en el aprendizaje de una vida presbiteral, esta etapa fascilita un arraigo gradual en la personalidad del Buen Pastor
que conoce a sus ovejas, entrega la vida por ellas y va en busca de las que están fuera de su redil.(R F, 68-69). Esta etapa se orienta hacia la recepción de las sagradas ordenes (RF, 73)
Etapa pastoral o de síntesis vocacional: incluye el periodo entre el fin es la estancia en el seminario y la ordenación presbiteral.
La finalidad de esta etapa es doble: se trata, por un lado, de insertarse en la vida pastoral, mediante una gradual asunción de responsabilidades, con espíritu
de servicio; por otro lado, de esforzarse en adquirir una adecuada preparación, recibiendo un acompañamiento específico, con vistas a la recepción
del presbiterado. En esta etapa el candidato es invitado a declarar de modo libre, consciente y definitivo la propia voluntad de ser presbítero, después de haber
recibido la ordenación diaconal. Comúnmente esta etapa se realiza fuera del edificio del seminario. (RF 74-75)
Los documentos necesarios para la inscripción son los siguientes:
Se debe prever para el ingreso el pago de la matrícula anual y lo correspondiente a su aporte personal de pensión para el primer mes de formación (febrero). Los meses que corresponde cancelar la pensión son diez (10) meses, de febrero a noviembre.
El Seminario ofrece la habitación con su respectiva cama.
Corresponde al candidato conseguir: